Nuestro ritmo de vida
Vivimos en un ritmo de vida muy acelerado, totalmente racional y mental, casi mecánico, y las ocupaciones diarias no nos dan tiempo para prestar atención a nuestras emociones y el porqué de nuestros estados de ánimo. Vivimos en un mundo en el que la sonoridad juega un papel tan importante dentro de nuestro inconsciente, que es capaz de elevar o rebajar nuestro nivel de energía en cuestión de segundos.
Parte de nuestra personalidad se forja debido al medio y al espacio en el que habitamos, trabajamos, transitamos etc, y que está afectado por ciertos ruidos o sonidos que influyen en nuestro cerebro, nuestro inconsciente.
Relación sonido – emoción
La música y el sonido, son procesados por nuestro hemisferio derecho del cerebro, y al ser nuestras emociones procesadas en este lugar de nuestro cuerpo, es así como se conectan sonido / emoción.
Estando allí, la música genera movimientos expresados en sensaciones, imágenes, emociones, reacciones corporales, sentimientos
Es por eso que, cuando comenzamos a ser conscientes de esa sonoridad a nuestro alrededor, podemos ser más cuidadosos y estar más atentos a ciertas reacciones y estados de ánimo que puede generar nuestro cuerpo.
Si hacemos el ejercicio con cierto tipo de música, podemos darnos cuenta qué efectos trae ella para nosotros.
Escuchemos solo música de Rock y veremos los efectos, escuchemos solo música clásica y veremos otros efectos, escuchemos sólo música creada con fines comerciales y habrá otro estilo de vida.
Cómo aprovechar la sonoridad en nuestra vida
Personalmente creo que entre más abramos nuestro sentido del oído a diferentes tipos de música, estaremos ampliando nuestra conciencia y permitiendo darle salida a emociones de diferente índole. Es importante recalcar que toda la música es utilizable terapéuticamente hablando.
Si entendemos al ser humano como una totalidad (mente, cuerpo, emoción y energía o espíritu) la música se relaciona e interactúa con estas partes.
En lo personal me inclino a trabajar más sobre el área emocional y sobre la energética, ya que siento que en este mundo occidental estas partes están más olvidadas que las otras dos, y porque creo que la música ejerce un especial efecto sobre ellas.
Está en cada uno el descubrir la incidencia que tiene el sonido de acuerdo al espacio en que se mueve, o lo que escuchamos a diario incluyendo el tipo de música. Una vez descubierto esto, podemos tomar decisiones sonoramente hablando para hacer ciertos ajustes e ir mejorando nuestra calidad de vida.
An’anasha,
Laura Rios V